

MARIHUANA
Bueno, esta sección
hace mucho que la estaba cavilando y creo que ya es hora de aclarar y explicar
muchas cosas sobre esta planta ancestral... Se acerca la fecha idónea para
plantar nuestra propia plantación de yerba loca...
1.- BREVE INTRODUCCIÓN.
1.1. Cuando y como plantar.
Más o menos con la
primera luna creciente de marzo o abril. Si plantáis en mayo aún estaréis a
tiempo. Podéis plantar directamente en el suelo o maceta, pero casi mejor
hacerlo en un vaso de papel que permita a la raíz crecer al menos unos 2,5 cm.
en profundidad, ya que asegurareis que plantáis definitivamente de semillas en
buen estado y posteriormente será muy fácil cortar el vaso y extraer la tierra
como un bloque compacto para el trasplante. Hay quien pone primero la semilla a
germinar en algodón para pasarla luego al vaso o directamente a la maceta o al
suelo.
1.2. Sobre la cantidad de agua.
El cáñamo necesita bastante agua, pero sin llegar a tener la
tierra permanentemente empapada; como referencia observareis que con la falta de
agua las hojas se caen. A partir de aquí tampoco os paséis con el agua.
1.3. Sobre la temperatura.
Se suele creer que cuanta más calor mejor, pero tampoco es
cierto, ya que un exceso de calor (A partir de 30 grados más o menos) agobia a
la planta y la deja aplatanada. De hecho no requiere temperaturas superiores a
18 grados.
1.4. Como distinguir el macho de la hembra.
En primer lugar hay que tener en cuenta que es la hembra y no
el macho la apta para el consumo. Tras unas tres semanas de crecimiento normal,
las plantas masculinas tienen menos color, más altura y son más delgadas, tienen
menos hojas y las ramas nacen del tallo a una mayor distancia entre si, al
tiempo que producen una especie de bolitas de las cuales saldrá el polen que
fecundará las hojas de las hembras. Hacia la sexta semana les crece una suerte
de penacho de hojas en la punta. Las plantas femeninas por el contrario son más
achaparrada y redondeadas, de un verde más oscuro, tienen muchas hojas y las
ramas salen del tallo mucho más próximas entre si.
La densidad de la
plantación favorece el desarrollo de las masculinas, mientras que el espacio
libre facilita el desarrollo de las femeninas. Todas las plantas producen tanto
el encima masculino como el femenino, y son las condiciones ambientales el
determinante de uno u otro sexo. Si has plantado en abril hacia primeros de
junio ya las puedes distinguir.
Si las hembras son
fecundadas producirán semillas pero perderán potencia psicoactiva, así que si no
tienes problemas para obtener semillas para el próximo año, procura cortar los
machos antes de que florezcan las hembras.
También puede ocurrir
que la planta sea hermafrodita...
1.5. Sobre el abono.
Si cultivas en maceta y has comprado tierra rica en
nutrientes no hace falta abonar, o hacerlo muy moderadamente ya que el
cultivador novato suele quemar la planta por exceso de abono, pero deberás
cambiar la tierra cada año.
Si cultivas en el
campo, lo mejor, si se puede, es encontrar un terreno que se emplee también para
otro tipo de cultivos ya que el cáñamo crece mejor en rotación con otros
cultivos como el grano, las judías o los guisantes, que suponen una importante
reenergetización del terreno. Si el terreno no está seriamente agotado, el
siguiente método funciona bastante bien: Al principio del otoño se labra el
pedazo de tierra elegido y se le cubre con una leve capa de estiércol, y se
plantan a continuación las judías u otras leguminosas; al cabo de dos o tres
semanas se da la vuelta a la tierra dejando enterrados los tallos y se vuelve a
aplanar la tierra pisando la superficie con botas pesadas o pasando un rulo;
luego se deja reposar la tierra durante todo el invierno. Al principio de la
primavera se escarda el terreno, se cubre con un fertilizante orgánico como el
estiércol y ya está listo para plantar.
1.6. Semillas y sementera.
El principal enemigo de las semillas es la humedad. En un
ambiente perfectamente seco mantienen su vitalidad incluso durante tres años y
no se ven afectadas por el calor si no supera los 37 grados. Si la atmósfera en
que se encuentren es húmeda esta temperatura desciende a los 30 grados. La
mayoría de los cultivadores usan un recipiente herméticamente cerrado, como el
que utilizan los fotógrafos para guardar sus películas, y lo mantienen a una
temperatura constante de 25 grados aproximadamente. Tampoco es aconsejable
guardar grandes cantidades de semillas juntas pues podrían calentarse.
El aspecto exterior
proporciona un buen número de indicaciones sobre el estado de salud de la
semilla. La semilla vital es bien lisa por fuera y nada rugosa; tiene un color
gris claro, gris verdoso o gris pardo, y se pone lustrosa si se la frota con las
manos. Si una vez abiertas expelen un olor como de aceite rancio, seguramente
son demasiado viejas; si por dentro presentan un color negro es seguro que han
fermentado y no germinarán jamás; por el contrario si el interior es blancuzco y
polvoriento no son muy viejas y aún pueden germinar, pero las plantas que broten
serán débiles.
1.7. El trasplante: Una operación delicada.
En general, ya hemos dicho en el primer punto que se suele
plantar en un lugar provisional para la germinación, como por ejemplo y para
ello nada mejor que un vaso de papel que permita a la raíz crecer al menos unos
2,5 cm. en profundidad, ya que será muy fácil cortar el vaso y extraer la tierra
como un bloque compacto.
Durante el trasplante
las plantas quedan notablemente expuestas a una serie de riesgos, así que habrá
que tomar algunas precauciones: La primera hacerlo en un día nublado o al caer
la tarde de forma que las raíces no se vean muy expuestas a la luz. se procurará
que el nuevo terreno sea lo más parecido al anterior; se saca la planta
delicadamente con la tierra como un bloque compacto y se coloca en un agujero
previamente practicado en el nuevo terreno recipiente, sea el suelo o la maceta.
se procurará también no tocar el tallo, sosteniéndolo lo más cerca posible del
nivel de tierra, y sin tocar nunca las raicillas ni las hojas. Al depositar el
bloque de tierra en el agujero se procurará enfocar la planta hacia la luz para
no obligarla a un brusco movimiento fototrópico (de búsqueda de luz) que podría
perjudicar el arraigamiento. El agujero debe ser lo bastante profundo como para
permitir a la joven raíz extenderse en toda su longitud, pues seguramente habrá
quedado algo comprimida en su lugar provisional. el terreno se reordenará de
forma que el tallo quede a la misma altura del suelo que tenia anteriormente;
acumular demasiada tierra alrededor del tallo puede ser peligroso. regar al
finalizar la operación, a fin de facilitar la adaptación al nuevo terreno.
1.8. Cuando cosechar.
Existe la creencia de que cuando más tiempo estén las plantas
en el suelo mejor, hasta antes de que lleguen las primeras heladas, las cuales
se cargarían la planta. Nada más lejos de la realidad; la planta de marihuana
tiene su ciclo igual que todas las plantas, sean cerezos, perales o cualquier
otra. Llega un momento en que los cogollos están maduros y si no se cortan y se
dejan más semanas a la intemperie se volverán rancios y perderán el buen gusto
al ser fumados.
En general, cuando los
filamentos de los plumeros de las hembras pasan de blancos a marrones, más o
menos al cabo de unos 6 o 7 meses desde que se plantaron, es el momento adecuado
de cortar. Si habéis plantado en maceta el ciclo de la planta será menor, al
igual que su producción, y bastará con unos 5 meses.
1.9. Que no se os vea el plumero.
Un buen consejo para los que plantéis en terrazas, corrales y otros lugares con
vecinos. Como las plantas suelen tener bastante altura puede llegar un momento
en que los plumeros de la planta asomen en casa del vecino. Pues bien, para
evitar que la planta crezca a lo alto y hacer que crezca a lo ancho, a medida
que queráis limitarle la altura, cortáis con las manos las puntas de las
ramificaciones más altas y por esa parte la planta dejará de crecer, ganando
fuerza en las ramificaciones; más bajas, sin que ello suponga gran trauma.
1.10. Cultivo en maceta. (Vademecum del cultivador
urbano).
Las macetas deberán tener, como mínimo, en el fondo, un
agujero para evitar el estancamiento del agua. la maceta debe ser de material
poroso, sin pinturas externas ni horneadas. Antes de utilizar la maceta se
mojará completamente durante media hora por lo menos. Evitar el charco de agua
en el posamacetas. Se consigue depositando la maceta sobre una capa de 1 cm. de
gravilla en el posamacetas. La planta deberá tener siempre luz natural o
artificial. no cambiarla constantemente de sitio mientras esté creciendo. Al
loro con los parásitos. Cuando se abone, respetar las proporciones de
fertilizante; en todo caso, tener en cuenta el consejo anterior sobre abonos en
maceta. Si durante el crecimiento la planta se estira demasiado en busca de luz,
ayúdala con un palillo a modo de muleta.
Cuando la planta tenga
2 o 3 meses, si le falta espacio (Siempre le faltará en maceta y por lo tanto su
crecimiento no será tanto como en el campo) trasplántala a una maceta mayor;
cuanto más pueda bajar la raíz más crecerá la planta. cada planta debe ponerse
lo más lejos posible de los bordes y a una distancia de unos 40 cm. respecto de
las demás. las lombrices constituyen una inestimable ayuda; la tierra encajonada
y sometida a continuos riegos se apelmaza enseguida; las lombrices la remueven,
favorecen la circulación del aire y el desarrollo de las raíces. El cariño que
profeséis a vuestras plantas será proporcionalmente correspondido...
2. CULTIVO EN INTERIOR.
2.1. El cultivo interior.
Si nuestro interés es
el cultivo interior, debemos considerar que las semillas que proceden de plantas
de exterior, aunque sean de buena calidad necesitarían una adaptación al medio
artificial y esto podría llevar generaciones de semillas seleccionadas para
obtener buenos resultados. Esto lo llevan haciendo en Holanda con muchos medios
y durante años. En la actualidad cuentan con un amplio catálogo de semillas de
calidad asegurada para todo tipo de cultivos. En el cultivo interior la genética
se mantiene si se crean las condiciones más favorables y se cruzarán las plantas
que mejor se adapten al microclima creado bajo la luz artificial.
Esta demostrado que la
genética de una semilla es el factor más importante para que el producto final
sea de calidad. Una mala semilla en las mejores condiciones puede dar una gran
planta pero sin resina ni olor. Las semillas deben tener "pedigrí" o linaje.
La planta tiene dos
fases en su vida, el crecimiento vegetativo y la formación de flores, cosa que
ocurre cuando la planta percibe que la duración del período de luz solar se va
acortando, es decir, que se acerca el otoño. Cuando el día empieza a ser más
corto que la noche, la planta entrará en periodo de floración sea cual sea el
tamaño que haya alcanzado.
En interiores, se ha
descubierto que se puede forzar la floración manipulando el tiempo de exposición
a la luz artificial, cuando la planta tenga la altura que se desee. Bajo estas
condiciones la madre naturaleza eres tú.
Aquí tienes
información sobre un sistema ya probado de autoabastecimiento, en el que se
pueden recoger de tres a cinco cosechas al año, dependiendo de la complejidad
del sistema.
Es mucho más sencillo adaptar una semilla de interior a exterior que a la
inversa.
La luz del sol tiene muchos rayos ultravioleta que quemarían a una planta
crecida bajo luz artificial, si se la somete a dicho cambio de forma brusca.
Si por el contrario
dicho cambio es hecho paulatinamente la aclimatación será perfecta. Conviene
improvisar un pequeño invernadero con plástico o similar hasta que puedan
soportar la luz directa. Muchos plantadores de exterior comienzan la plantación
en interiores. Hay semillas aptas tanto para interior como para invernadero.
Adaptar una planta de
exterior a interior no vale la pena. Hay semillas de "pedigrí" aptas para
balcones con buenos resultados. El problema del cultivo exterior es que a pesar
de que se cultiven grandes plantas, estas están expuestas durante meses al clima
y a las plagas, y solo hay una cosecha por año.
2.2. Iluminación.
Durante muchos años se
han utilizado los fluorescentes para el crecimiento de plantas sin sol. Después
se utilizaron lámparas de vapor de mercurio, aunque sin grandes mejoras. Desde
la aparición de las lámparas de alta presión: las de vapor de sodio (HPS) y las
de halogenuros metálicos(MH), que suelen utilizarse en el alumbrado público
(autopistas, parques, estadios, etc. ), las demás se han quedado anticuadas,
aunque los fluorescentes se pueden seguir utilizando. (son idóneos para ciertas
fases del proceso).
Las luces
incandescentes y las halógenas, no son de nuestro interés. No dan el espectro
adecuado y si mucho calor y consumo.
Las del tipo MH, son
ideales para crecimiento vegetativo y son aptas para germinación y clonación
(esquejes). Dan una luz generalmente blanca, existiendo diversos tonos.
Las del tipo HPS, son
ideales para floración y aptas para crecimiento. Suelen dar una luz de color
anaranjado, aunque ya se han obtenido nuevas tonalidades, incluso el sodio
blanco.
Los fluorescentes del
tipo cool white (color 33) y los del tipo gro-luxe, son ideales para clonación y
germinación.
Si no hay más remedio,
con cualquier lámpara de alta presión o incluso con un buen montaje de
fluorescentes, se puede realizar todo el ciclo. Las potencias de éstas lámparas
(HP) son de 150, 250, 400 y 1000 W. Las diferencias de precio entre una de menor
potencia y otra de mayor, son mínimas, en cambio los resultados son muy
distintos. No son recomendables potencias menores a 250 W.
Las lámparas de alta
presión llevan balastos muy pesados y deben estar bien sujetas con cadenas o
poleas. Se pueden montar los balastos aparte, y sólo sujetar la pantalla y la
bombilla a una polea, dado que la luz deberá ir subiendo a medida que las
plantas crezcan. Es imprescindible consultar con un especialista para saber
instalar bien una lámpara de estas características, si no se tienen
conocimientos sobre electricidad. Conviene esta advertencia, mas por el peligro
que entraña una instalación mal hecha, que por la complejidad del montaje que no
es tal.
Para lograr un
rendimiento parecido a una HP a base de fluorescentes, se requerirá un montaje
bastante pesado y de difícil manejo. Hemos de pensar que un watio de luz de una
lámpara de alta presión da más luz que un watio de luz fluorescente.
Hay soportes con movimiento circular o lateral donde se
instalan una o varias lámparas, logrando doblar el área de plantación, aunque
son costosos.
Las lámparas MH,
requieren funcionar en horizontal alterando su rendimiento las inclinaciones,
seria conveniente usar un nivel de obra. Algunos modelos funcionan en vertical,
pero con menor rendimiento.
Luces recomendadas:
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1. Bombilla de sodio SON-T AGRO 400 W de PHILIPS,
ideal para crecimiento y floración.*
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2. Bombilla de sodio SON-T 400 W de PHILIPS,
ideal para floración.*
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*Estas dos
bombillas, pueden ir montadas en un kit con pantalla y balastros ideal para un
área de 180x60 cm (SGR 200 de PHILIPS)
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3. Bombilla de halogenuros metálicos HPI-T
400 W con kit (soporte + pantalla + balastros) MGR 300 de PHILIPS.
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En caso de usar
fluorescentes que no sean los anteriormente recomendados, debemos pensar que los
azules o fríos son más aptos para crecimiento y los rojos o cálidos son para
floración.
En el sistema que más
adelante se explicará, se iluminarán dos áreas de 180x60 cm. Una de crecimiento,
iluminada con una HPI de 400 W. ó con un montaje de cuatro fluorescentes de 120
cm y dos redondos de 30 cm para los laterales. Y la otra área, iluminada con una
HPS tipo SON-T de 400 W.
Las distancias
recomendadas desde la luz hasta las puntas de las plantas dependen del tipo y la
potencia de la lámpara: usando fluorescentes la distancia se mantendrá entre 5 y
15 cm. La distancia para una HPS de 400 W. se mantendrá entre 50 y 60 cm.
Algunas especies aguantan menos distancia, pero si las hojas
superiores se doblan hacia arriba, es que, están demasiado cerca de la luz.
Las necesidades lumínicas de la marihuana, según Rosenthal,
son de entre 1000 y 3000 lumens por pie cuadrado a la distancia recomendada.
2.3. MEDIOS DE CULTIVO.
Los medios de cultivo
son lo que comúnmente venimos a llamar tierra. Desde la tierra que se puede
aprovechar de una maceta vieja hasta la más sofisticada mezcla inorgánica usada
en cultivos hidropónicos en los que el alimento es suministrado de forma medida
en el agua a través de ingeniosos sistemas de riego automatizado hay un largo
camino. En un primer sistema no se querrá utilizar algo tan complicado, pero
tampoco algo de tan pocas garantías. Todo lo que se use debe estar esterilizado
y no se deben utilizar tierras viejas ó provenientes del exterior, pues pueden
tener plagas, (se puede hervir la tierra aunque es muy trabajoso). Las mezclas
para plantas de interior que venden empaquetadas suelen estar esterilizadas.
(Debe indicarlo).
Lo ideal es hacerse
uno la propia mezcla comprando los materiales por separado. Podríamos definir
tres características básicas de los materiales a utilizar en una mezcla:
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1. Nutriente,
que aporte los elementos que la planta necesita para su desarrollo.
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2. Retenedor de agua, que
permita que el agua sea absorbida o se a adhiera a su superficie
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3. Aireador/Drenador, que
permita que el agua drene con facilidad y evite que la mezcla sea muy compacta.
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El medio ideal estaría
compuesto de una mezcla que combinase bien los tres elementos.
En cultivos
hidropónicos las mezclas usadas son totalmente inorgánicas y carecen de
nutrientes (se suministran por el agua). En cultivos tradicionales se utilizan
materiales orgánicos sin esterilizar. Aquí se proponen únicamente mezclas
semiorgánicas pero todas con materiales esterilizados, pues pensamos que es lo
más cómodo si no quiere uno introducirse en el mundo de los cultivos
hidropónicos, lo cual es muy interesante.
Materiales orgánicos:
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1. Substrato vegetal:
"Tierra" preparada para plantas de interior a base de materia vegetal en
descomposición. Tiene mucho alimento y también retiene mucha agua, pues le
añaden retenedor de humedad. Por si sola no tiene buena aireación ni drenaje,
pero es un buen nutriente para añadir a la mezcla.
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2. Turba de Spagnum:
excelente nutriente y retenedor. La mayoría de turbas que se comercializan, son
de Spagnum, y es uno de los componentes de los preparados para plantas antes
mencionadas.
Humus de lombriz: también conocido como "vigorhumus", es literalmente producto
de lombrices de tierra. Es un gran nutriente y un elemento idóneo para una
mezcla. No retiene la humedad con facilidad.
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Aplicando una labor de
humus por encima de la mezcla mantiene seca la superficie, pues al regar flota y
vuelve a posarse al ser absorbida el agua. Está esterilizado.
Abonos orgánicos: Están
compuestos de materia orgánica de origen animal (estiércol) ó vegetal en
descomposición. Hay varios tipos, el "steer manure", el "compost", etc. Son
excelentes nutrientes pero no suelen estar esterilizados (pueden llevar huevos
de insectos, esporas o semillas de malas hierbas). Su olor no es muy agradable y
no posee un gran drenaje. Existen preparados esterilizados de igual origen que
nos darán más garantías. Pueden hacer muy compacta la mezcla si se usan en
exceso.
Materiales
inorgánicos:
Muchos de estos materiales fueron ideados como aislantes para
la industria y luego vistas sus características fueron utilizados en jardinería.
Algunos de ellos deben ser manejados en mojado, pues el polvo que desprenden es
nocivo. Ninguno de los materiales que describiremos a continuación contienen
nutrientes:
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1. Perlita:
Vidrio expandido, forma pequeños gránulos blancos, que se desmenuzan al
presionarlos. Es muy ligera y drena muy bien el agua aunque permite que una
parte de esta se adhiera a su irregular superficie. Aporta una buena aireación.
Es un gran componente. Manejar mojada.
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2. Vermiculita: Mica
expandida al calor. Retiene el agua en sus fibras, en gran cantidad permitiendo
a la vez una buena aireación. Es muy ligera pero no permite un gran drenaje. Es
un aislante térmico y se comercializa en tres tamaños, el más fino se usa para
germinación y clonación como medio principal. Los más gruesos se usan en las
mezclas. Manejar mojada.
3. Arlita: Bolas de
arcilla expandida que permiten una gran aireación y un buen drenaje, aunque
retiene algo de humedad. Se utiliza en las mezclas y como fondo de drenaje.
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4. Lava o piedra volcánica:
Tiene las mismas características que la arlita, pero pesa mucho más. Quizás
retenga más humedad pues su superficie es más porosa.
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5. Arena gruesa: De la
que se usa en jardinería, para acuarios, o incluso de la que se usa en
construcción, aunque debe ser lavada. Tiene las mismas características que la
vermiculita pero con mayor drenaje y mucho más peso.
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6. Porespán: Es
hidrofóbico por lo que drena y airea estupendamente. Se puede usar en bolitas ó
en trocitos pequeños. Por su gran ligereza es un buen componente, incluso como
fondo de drenaje.
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7. Espuma: Cortada en
trocitos pequeños de aproximadamente 1 cm3. Se puede añadir a las mezclas pues
retiene el agua increíblemente a la vez que airea. No drena y es muy ligera. No
conviene que sobresalga por la superficie pues puede enmohecerse. Es conveniente
que sea sintética pues algunas espumas (esponjas) se pudren.
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8. Lana de roca (Rockwool):
También es un aislante termo-acústico. Es fibra de vidrio de color amarillo. Se
utiliza como medio único en hidropónicos y no suele formar parte de las mezclas.
Retiene el agua y permite buena aireación lo que hace que sea un buen medio de
germinación. El rockwool tiende a basificar el agua por lo que es conveniente
regar con un PH bajo para equilibrar y añadir al agua el alimento. Es un medio
muy práctico si se usa con conocimiento, y sería un primer paso en el cultivo de
plantas sin tierra. Debe manejarse mojado y es reciclable. Se usa en bloques o
desmenuzado y en recipientes. Existe el libro "Rockwool Gardening" de V. Patten,
y también se puede obtener una información más aplicada a nuestro cultivo y que
habla de más medios en el libro "Marijuana hidroponics" de D. Storm.
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Las mezclas propuestas
a continuación llevan entre un 40-50% de materia orgánica y un 50-60% de
inorgánica, evitando tener que abonar en las primeras semanas. Los materiales
inorgánicos son reciclables, e incluso las mezclas si se las limpia de raíces y
se les añade nueva materia orgánica:
3 partes de humus de lombriz, turba y/o
substrato (a elegir o combinar).
2 partes de perlita, arlita, lava y/o porespan.
1 parte de vermiculita, arena y/o trozos de esponja: Es muy conveniente añadir
una taza de polvo de dolomita (carbonato de calcio y magnesio) por cada 10
litros de mezcla, ayuda a estabilizar el PH y aporta magnesio de forma lenta,
cosa que conviene para el desarrollo de la planta. Si no se dispone de dolomita,
se pueden añadir sales de magnesio.
Otras mezclas podrían
ser: Turba-perlita o turba-arlita al 50%, se podría usar humus en vez de turba o
combinar los cuatro a partes iguales. En definitiva toda mezcla tiene que
cumplir las cualidades antes mencionadas, variándolas ligeramente en función de
lo asiduo que se quiera regar o del tamaño de los recipientes.
Recipientes:
Hemos de pensar que en la naturaleza las plantas no tienen
limite al crecimiento de sus raíces. En interiores debemos cultivar en
recipientes, lo cual limitará el crecimiento de las mismas. Podríamos establecer
un mínimo cubicaje de los recipientes para poder soportar todo el ciclo sin
necesidad de transplantes, cosa que traumatiza a la planta y alarga el proceso.
Podemos decir que el
mínimo contenido de una maceta debe ser de 6 litros, y si utilizamos macetas de
más de 12 litros nos quitarán espacio para poder cultivar el número de plantas
ideal en el área disponible. Dentro de estos límites usaremos los recipientes de
mayor contenido posible, lo que dará una mayor cosecha. Los recipientes más
grandes darán las mejores plantas, si plantamos dos clones de una misma planta
madre en dos recipientes de diferente tamaño y les damos los mismos cuidados, el
que crezca en el mayor de los recipientes será mucho más desarrollado y con
cogollos más grandes. Macetas de entre 25 y 35 cm. de diámetro o lado y de
altura similar nos irán bien para nuestros propósitos.
Nos conviene manejar
materiales ligeros, pues las plantas se deben girar sobre si mismas
periódicamente para obtener un crecimiento uniforme e incluso cambiarlas de
lugar. Por tanto los recipientes de plástico irán mejor que las viejas macetas
de barro. Asimismo, cada planta necesita un recipiente individual (mínimo: 6
litros por planta), por lo que las jardineras no nos serán muy prácticas.
Las macetas deben
estar en una cubeta común, tipo de las que se usan para el revelado fotográfico,
o de jardinería, o confeccionada con hule grueso. También se utilizan piscinas
inflables para niños. La cubeta permite que la planta pueda reutilizar luego el
agua que drena por los agujeros de la base de la maceta, si esta es común a
todas las plantas, el agua que le sobre a una puede necesitarla otra. Si no
tienes nada más usa platos individuales, o cubetas más pequeñas que quepan
varias plantas. Es conveniente que la mezcla (tierra) no toque directamente al
agua que se deposita en la cubeta, por lo que se debe poner un fondo de drenaje
en la base de la maceta antes de introducir la mezcla. El drenaje evitará dicho
contacto y evitará perder medio. Hay sistemas en que las macetas son elevadas
unos centímetros mediante soportes por encima del nivel de agua, esta es
succionada a través de gruesas cuerdas de nylon que se introducen en el medio
por los agujeros de drenaje, (siempre conviene dejar algún agujero libre). Este
sistema permitirá dejar agua en la cubeta y las plantas la succionan según sus
necesidades, lo que permite regar con menos asiduidad. Si la luz llega al agua
estancada en la cubeta se formarán algas no deseadas, evítalo tapando los huecos
que queden entre los recipientes. Este sistema de "mecha" es similar al
utilizado en las macetas auto-riego de venta en los "garden center", con la
diferencia que el depósito (cubeta), es común, en cambio este tipo de macetas,
aunque pueden dar un excelente resultado requerirán un control más
individualizado.
La mecha se puede
introducir por los agujeros de la base de la maceta siempre que quede alguno
libre, o se pueden practicar nuevos agujeros para tal fin cerca de la base.
El medio se debe
humedecer gracias a la succión de la mecha, si al cabo de un rato el agua no
llega a la superficie, significa que la succión no es suficiente, por lo que la
mecha deberá llegar más arriba o hacen falta más mechas, o el medio no es
suficientemente poroso para utilizarlo con este sistema. En caso de que se moje
demasiado (cosa no conveniente pues las plantas deben pasar periodos secos), o
sobran mechas, o llegan muy arriba o el medio no tiene suficiente capacidad de
drenaje. Lo difícil es encontrar el punto entre la porosidad del medio y la
cantidad de mecha, pero una vez encontrado es un sistema muy cómodo. Aunque se
utilice un soporte y el medio no toque directamente el agua es conveniente poner
un poco de medio de drenaje en el fondo del recipiente para evitar que se escape
la "tierra" por los agujeros libres. Si la base de drenaje es muy grande se
podrían apoyar las macetas directamente en la cubeta sin necesidad de soportes,
e incluso sin necesidad de mechas si el medio es lo suficientemente poroso, pues
las raíces penetrarían en dicho drenaje y succionarían el agua directamente
obteniendo parecidos resultados al sistema con soportes. Las mechas serán
convenientes si se desea un riego menos frecuente. El grosor del drenaje
determinará el nivel máximo de agua.
En ambos sistemas no
se debe dejar el agua en la cubeta durante periodos prolongados, pues se pueden
pudrir las bases de los tallos si la superficie de la tierra permanece mojada
constantemente. Los primeros sintamos serán la aparición de hongos en la base
del tallo, se retirarán con un pincel y se aplicará una labor superficial de
medio seco, , sobretodo alrededor del tallo. Lógicamente deberá regarse menos
asiduo o usar un medio menos poroso. La comodidad de la automatización puede
conllevar grandes desastres si esta falla. No hay nada como un control
continuado para poder salvar cualquier problema a tiempo.
Supervisar bien el
funcionamiento del sistema los primeros días nunca estará de más. Las raíces
suelen salir por los agujeros de drenaje succionando directamente.
No conviene que les llegue luz pues se volverían marrones.
2.4. EL ESPACIO Y LAS CONDICIONES
AMBIENTALES.
Es importante conocer
las condiciones climatológicas que queremos crear a la hora de escoger la
ubicación idónea para el montaje. Las plantas de cannabis son capaces de
soportar temperaturas de entre 10 y 40 grados centígrados, deteniéndose el
crecimiento en dichos límites. La temperatura deberá mantenerse entre 17 y 30
grados siendo 24 grados la idónea. Lógicamente la temperatura desciende durante
el periodo oscuro. Con temperaturas muy altas las plantas gastan mucha de su
energía en disipar el calor y las temperaturas muy bajas pueden llegar a
matarlas. La marihuana es capaz de absorber una cantidad de anhídrido carbónico
(CO2) del aire, en una concentración mucho mayor a la que se encuentra en la
atmósfera. El aire contiene un 0.003% de CO2 y las plantas experimentan un
aumento del crecimiento de casi el doble bajo concentraciones de CO2 del 0.015%.
Existen sistemas a la venta para aumentar el nivel de CO2 en el montaje.
Hay un libro sobre el
tema aplicado a este tipo de cultivos: (CO2, Temperature and Humidity" by D.
Gold. ). Aplicando estas técnicas se acorta el proceso y se obtiene mayor
producción, aunque debe estar muy bien regulado pues al ser más rápido el
crecimiento necesita una supervisión más continuada.
Aunque el CO2 es
incoloro, inodoro y no es inflamable, puede ser peligroso rebasar los límites
establecidos. De todas formas se puede lograr un gran resultado sin necesidad de
tanta sofisticación. El simple aporte de aire fresco del exterior (filtrado, por
supuesto) nos aportará el CO2 necesario. El aire debe ser movido mediante un
ventilador en el interior del sistema, para asegurar que el aire fresco llega a
todo el jardín. El sistema necesitará de una entrada de aire, que puede venir
del exterior mediante succión y filtrado, o desde la misma estancia donde se
instale el montaje si esta es suficientemente amplia y ventilada. Será necesaria
una salida de dicho aire mediante un extractor al exterior, o a un segundo
montaje y de este otra al exterior.
Resumiendo, se precisa
una entrada filtrada con o sin extractor, una salida con extractor y un
ventilador en la parte superior del interior del montaje para que dicho aire
circule, conviene que las plantas se muevan ligeramente. Los ventiladores
funcionarán cuando la luz funcione, aunque se pueden programar mediante
temporizadores. Desde luego así no aumentaremos el porcentaje de CO2 en el
sistema, pero evitaremos que descienda. Las estufas y calentadores de gas
aumentan la concentración de CO2 en el ambiente, aunque pueden causar problemas
con la temperatura (debemos pensar que las lámparas darán calor). Las visitas al
jardín serán agradecidas por las plantas pues nuestra respiración aumentará el
nivel de anhídrido carbónico del ambiente.
Las plantas desprenden
olor, sobretodo en ciertas fases del proceso. Si esto pudiese ser un problema,
se aconseja el uso de ionizadores de aire. La humedad del ambiente conviene
mantenerla entre el 40 y el 60%, el uso de un termómetro-higrometro con máximas
y mínimas del día seria aconsejable. Las medidas del sistema dependen en parte
de la potencia de la luz, aunque hemos de pensar que las plantas medirán
aproximadamente un metro de alto, más la altura de la maceta, más la distancia
entre la luz y las plantas y el grosor de la luz con las cadenas y anclaje, será
necesaria una altura de por los menos dos metros. Si no se dispone de tanta
altura se pueden forzar las plantas a floración antes y en mayor número
cosechando así una legión de "bonsáis" o doblar puntas.
El área aquí
recomendada es de 180x60, aproximadamente 1 metro cuadrado. Si se hacen dos
montajes simultáneos, uno de crecimiento y otro de floración, requerirá mayor
altura este último. Es necesario que los montajes sean estancos a la luz,
sobretodo en la fase de floración, donde interesa que durante la "noche", la
oscuridad sea total. Asimismo se aconseja que dichas paredes sean refractantes
en su interior, y que el material del que estén hechas colabore a crear las
condiciones climáticas ideales. Si nuestro problema es el frío paredes forradas
de porexpan nos conservarán la temperatura a la vez que refractarán la luz. Y si
nuestro problema es de exceso de temperatura, se pueden usar planchas de metal.
Una pared de piedra simplemente se pintará de blanco, el color blanco es un gran
refractante.
Podríamos decir que el
sitio ideal seria un sótano pues suelen tener un clima similar durante todo el
año, pero puede ser instalado en cualquier habitación, armario, altillo, etc. Es
mejor que esté alejado de jardines o cualquier tipo de vegetación pues puede
traernos plagas muy problemáticas. La limpieza de manos y cambio de ropa no está
de más si se ha trabajado en un huerto o jardín, o si se viene del campo.
Asimismo no es aconsejable introducir en el montaje plantas provenientes del
exterior o de otros montajes que puedan tener algún parásito. Lo ideal es no
cultivar más que lo que allí germine.
2.5. PROCEDIMIENTO DE CULTIVO.
Una vez familiarizados
con los materiales y el espacio pasaremos a explicar de que forma se cultiva
marihuana en interiores. El sistema ha sido perfeccionado desde los años 70 en
que se empezó a cultivar con fluorescentes tanto en América como en Amsterdam.
Cabe destacar el
trabajo realizado desde entonces a gente como Ed Rosenthal y Jorge Cervantes
como las dos grandes celebridades del tema en E. E. U. U, y su actual contacto y
colaboración con los maestros holandeses. Para una información más ampliada se
pueden consultar los libros "Indoor Marijuana Horticulture"por J.Cervantes en su
última edición revisada y "Closet Cultivator" por E. Rosenthal (no confundir
esta última publicación de 1992 con el "Manual para el cultivo de la "marihuana"
del mismo autor del año 1973 que fue traducido al castellano, estando éste como
el mismo autor reconoce posteriormente totalmente obsoleto en lo que al sistema
de cosecha se refiere, aunque fue un gran primer paso).
En interiores, las
plantas son sometidas a un régimen de luz de un mínimo de 18 horas durante el
periodo de crecimiento, aunque algunos cultivadores sostienen que durante esta
fase las plantas no necesitan descanso, mientras tengan suficiente aporte de
agua y luz, por lo que las someten a un régimen continuo de 24 horas de luz. La
diferencia entre los dos regímenes estriba en la duración de la fase de
crecimiento (horas de luz = crecimiento). Si es necesario por algún motivo tener
las luces apagadas en algún momento del día, es mejor darles 18 horas de luz,
nunca menos. Si no hay ningún inconveniente es mejor usar el sistema de régimen
continuo (24 horas de luz), las lámparas lo agradecen, pues los sucesivos
encendidos y apagados les acortan la vida. (es conveniente esperara una media
hora si se quiere volver a encender una lámpara de alta presión tras un apagado
o una desconexión). El régimen elegido será constante.
Podemos provocar la
floración cuando lo deseemos, con el simple procedimiento de acortar el periodo
diurno a 12 horas. Las 12 horas de noche forzarán a la planta a florecer, es
importante que la oscuridad sea total, polución de luz en esos momentos puede
evitar que los cogollos se desarrollen correctamente (El uso de temporizadores
es obligado pues los periodos deben ser exactos).
Dado que las luces no penetran con la potencia deseada mucho más de 60-80 cm a
partir de la distancia de seguridad, no conviene dejar crecer vegetativamente
mucho las plantas, pues durante la floración pueden llegar a doblar su tamaño y
exceder las medidas que deseamos. (La marihuana en la naturaleza suele medir
entre 1'5 y 3 metros según especies).
De alguna manera
estamos creando "bonsáis" de marihuana a medida. Las alturas recomendadas para
iniciar el proceso de floración (12 horas día/12 horas noche), las limitaremos
entre un mínimo de o de 20 cm. y un máximo de 38 cm. Según la altura de nuestro
sistema y la potencia de las lámparas buscaremos la altura ideal entre dichos
límites para nuestras necesidades. Si cultivamos especies diferentes puede que
requieran ser llevadas a floración a alturas distintas. No conviene mucho que
las plantas rebasen el metro y medio, en la madurez medirán entre 60 cm. y 1
metro. Si alguna se dispara se le puede doblar la punta con un alambre o un
hilo.
Se puede dominar a
voluntad la dirección del crecimiento de una planta. La punta contiene un
inhibidor que evita que las ramas laterales superen la altura de la punta, está
dará el cogollo más grande y potente. Con el simple hecho de cortar o doblar la
punta, se neutraliza ese inhibidor y las ramas laterales pugnan por ser la más
alta, con lo que la planta crece más ancha y ramificada, se recomienda más
doblar la planta desde casi la mitad, antes que cortarla. Las plantas que se
espiguen se irán colocando en los laterales del sistema para que no hagan sombra
a otras mas bajas.
El método empleado será el conocido como "sinsemilla" o "sensi" (palabra
americana que procede de nuestro idioma). Con dicho método podremos recolectar
grandes cogollos resinosos y libres de semillas (Si se desean se pueden producir
en pocas cantidades según vendrá explicado).
La marihuana tiene dos
sexos y en ocasiones aparecen plantas hermafroditas. La mayor concentración de
THC se encuentra en los cogollos que forman las plantas hembras. Los machos
apenas si contienen dicha sustancia por lo que no interesa su cultivo (si se
cultiva uno excepcionalmente es por la necesidad de producir semillas). Las
hermafroditas en principio tampoco serán de nuestro interés. Los machos producen
polen (que no contiene THC apreciable), que insemina las flores de las hembras
formando semillas, si la hembra es totalmente polinizada deja de formar flores
para desarrollar las semillas con lo que los cogollos serán mas pequeños y
rellenos de multitud de semillas.
Por el contrario si
apartamos los machos del sistema al principio de la floración, las hembras
desarrollan grandes sumisiones florales (cogollos)en un intento de captar el
inexistente polen, al final acaban madurando "vírgenes" y dando una cosecha de
autentica "sinsemilla" que en contra de lo que algunos creen, es un sistema de
cultivo, no un tipo de marihuana. El primer paso será lograr que la semilla
germine cosa no siempre fácil.
2.6. SISTEMA DE DOS MONTAJES SIMPLES
PARALELOS.
Dos plantadores
disponen de dos sistemas idénticos. Dicho sistema consta de un área de 180x60
cm. (aprox. 1m2) iluminada con una lámpara de sodio de 400W. tipo SON-T AGRO de
Philips, apta para todo el proceso. El plantador A, inicia el proceso de
crecimiento hasta que las plantas están a punto de clonar y pasar a floración.
El plantador A hace clones, se los pasa al plantador B, y pasa a floración. El
plantador B hace enraizar los clones con un par de fluorescentes y los hace
crecer en su sistema. Para cuando llegue el momento de clonar y pasar a
floración, el plantador A estará listo para recoger y hacer enraizar los clones
que le pasa el B antes de iniciar la floración. Así indefinidamente.
El montaje de dos tubos fluorescentes de 120 cm. puede ser compartido ya que
nunca lo usarán simultáneamente.
2.7. SISTEMA CONTINUO DE MONTAJE TRIPLE.
Este sistema seria el ideal pues nos proporcionaría de cuatro a seis cosechas al
año. El sistema consta de tres zonas:
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1. Zona de clonación-germinación:
Área de 120x40-60 cm. Se iluminará con un montaje de dos a cuatro tubos de 120
cm. de color 33. Altura mínima 50 cm.
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2. Zona de crecimiento vegetativo:
Área de 180x60 cm. Se iluminará con una lámpara de alta presión de 400W.
Recomendamos una HPI-T de Philips montada en una MGR 300. También de Philips y
especial para invernaderos. Altura mínima 1-1. 5 metros según grosor lámpara.
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3. Zona de floración:
Área de 180x60 cm. Se iluminará con una lámpara de sodio de alta presión (HPS)
de 400W. Recomendamos una SON-T montada en una SGR 200 de Philips. Altura mínima
2 metros.
Un montaje de seis fluorescentes de 120 cm. también seria apto para la zona B,
aunque el rendimiento seria menor. Las zonas B y C, podrían ser iluminadas con
una SON-T AGRO cada una, pues este tipo de lámpara es apta para todo el ciclo.
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Algunos plantadores
doblan la fuente de luz en la zona de floración asegurando un mayor tamaño de
los cogollos, y con ello una mayor cosecha. (Aunque también un mayor consumo de
electricidad que encarece el producto). Para que el sistema sea continuo
suponemos que ya se dispone de clones hembras que se habrán hecho enraizar en la
zona A. Una vez las raíces asoman se transplantan a los tiestos definitivos
(1416) y se pasan a la zona B. Allí crecerán hasta que tengan la altura de 30-35
cm. Entonces se extraen clones (es conveniente sacar más de los necesarios por
si hay bajas), y se enraízan en la zona A. Las plantas ya crecidas se dejan unos
días más en la zona B para que se recuperen del trauma de haber sido cortadas, y
se pasan a la zona C para que florezcan y finalicen el ciclo, momento en que los
clones ya habrán crecido y estarán listos para ser esquejados y pasados a
floración. La duración de cada cosecha dura lo que dura el proceso de floración.
Si las plantas que
están floreciendo aún no han madurado y los clones que crecen en la zona B ya
han alcanzado la altura, deberemos doblarlos en espera de que las plantas
maduren.
3. EL AGUA, LOS NUTRIENTES Y LAS PLAGAS.
3.1. EL AGUA DE RIEGO.
La marihuana necesita un gran aporte de agua durante todo el
proceso, sobre todo durante el crecimiento vegetativo.
El agua utilizada en el riego deberá ser agua del grifo o
agua corriente, no se debe utilizar agua embotellada para el consumo humano
debido a su gran dureza y excesiva mineralización. Aunque no está demostrado que
la clorina (que se encuentra en el agua del grifo) afecte negativamente al
crecimiento de la marihuana, si que puede hacerlo un alto contenido de sal. No
es mala idea dejar reposar el agua durante un día, cosa habitual en jardinería.
El PH del agua debe
ser neutro(ligeramente ácido). Podríamos establecer como límites aceptables un
PH entre 6. 5 y 7. 2. (El PH tiene una escala de 1 a 12, siendo 7 el PH neutro,
1 el más ácido y 12 el más básico o alcalino). Es muy importante la medición
periódica del PH del agua y del medio (mezcla un poco de medio con el agua y
mide el PH de la solución), realmente un PH inadecuado puede alterar el buen
desarrollo de las plantas. Existen varias formas de medir el PH: medidores
electrónicos digitales, reactivos líquidos o el clásico papel tornasol. (No mide
decimales).
Un PH excesivamente ácido se puede corregir añadiendo cal
hidratada o bicarbonato. Un PH excesivamente básico se corrige añadiendo ácido
nítrico o simplemente vinagre o limón.
La temperatura del agua de riego deberá oscilar entre los 21
grados centígrados, las plantas agradecen el agua tibia.
La cantidad de agua depende de varios factores: El tamaño del
recipiente, una maceta grande requerirá menos riegos que una pequeña. El tamaño
de la planta, las plantas grandes necesitan un gran aporte de agua. A pesar de
que cuando ``beben" lo hacen en cantidades considerables(parte del agua se
evapora por el calor del ambiente), las plantas deben pasar cortos periodos
``secos" entre riego y riego, sólo se dejará secar la primera capa de medio. Si
la superficie está mojada o queda agua en la cubeta, no conviene dar un segundo
riego. Las plantas empalidecen y se acaban pudriendo si el riego es excesivo, si
por el contrario el riego es insuficiente se secarán algunas hojas inferiores,
si el agua no llega la planta dejará caer sus hojas como si estuviese fatigada,
puede ser un momento critico si no se le suministra agua con rapidez. Convendría
disolver un poquito de jabón en el agua para asegurar una mayor absorción,
incluso pulverizarla con dicha agua.
Aunque se salve la planta perderá muchas hojas que le
hubieran permitido captar la energía necesaria para un correcto desarrollo.
Cualquier trauma o shock que pueda recibir una planta le requerirá un tiempo
hasta volver a recobrar el vigor lo que retrasará el proceso entero. Durante el
desarrollo vegetativo de una planta. Siempre se seca alguna hoja grande que otra
de la parte inferior, bien sea por una pequeña crisis de sed o por que el
crecimiento de las ramas superiores le impide que reciba luz. Es desaconsejable
pulverizar agua sobre las plantas, a no ser que ocasionalmente se quieran
limpiar, nunca se debe pulverizar ni usar sprays de ningún tipo sobre plantas en
floración, tendría que ser un caso extremo. La marihuana se debe regar alrededor
del tallo directamente en la maceta, si es posible con una regadera o un caño
muy fino para no agujerear el medio y destapar las raíces. Regar hasta que el
agua drene en la cubeta, o directamente en la misma cubeta si se usa un sistema
de succión por mecha o similar.
En la actualidad existen sistemas auto-riego muy eficaces y
se comercializan para los riegos de jardines en periodos vacacionales. Son muy
prácticos pero presentan el problema que el agua no reposa pues el programador
de riegos va conectado directamente al grifo.
3.2. LOS NUTRIENTES.
Las plantas para su crecimiento necesitan el aporte de una
larga lista de elementos químicos para su desarrollo. Estos se dividen en tres
grupos, los elementos primarios, los secundarios y los oligoelementos o
microelementos.
Los elementos primarios son el Nitrógeno (N), el Fósforo (P)
y el Potasio (K). Siempre vienen enunciados por este orden <N-P-K>. Son los que
las plantas consumen en mayor cantidad.
Los secundarios son el Magnesio (Mg) y el Calcio (Ca),
presentes en la dolomita.
Los microelementos son consumidos en cantidades muy pequeñas
y son los siguientes: Hierro (Fe), Azufre (S), Manganeso (Mn), Boro (B),
Molibdeno (Mb), Zinc (Zn) y Cobre (Cu).
El primero de los elementos primarios es el Nitrógeno. Es el
más importante, habilita a la planta a crear las proteínas esenciales para crear
nuevo tejido e interviene en la producción de clorofila. Está directamente
relacionado con la altura, vigor y crecimiento en general. Es vital sobretodo
durante la fase de crecimiento vegetativo en cantidades considerables y en menor
cantidad durante el principio de la floración. Algunos plantadores cortan el
suministro de nitrógeno durante las últimas semanas de la floración, sostienen
que aumenta la producción de resina. Sin asegurar esto, si podemos decir que el
porcentaje de N en el fertilizante que se use en la fase de floración debe ser
el más bajo, o menor que el segundo elemento, el fósforo.
El Fósforo es el segundo de los elementos primarios, y es
vital para la fotosíntesis. Se le relaciona con la producción de flores, resina
y semillas (si las hubiere). El cannabis necesita un gran aporte P durante las
fases de germinación, clonación y sobretodo en la fase de floración.
El tercero de ellos es el Potasio. Se ve asociado en la
creación y transporte de azúcar y almidón, así como al aumento de clorofila en
las hojas dando más verdor.
Ayuda a regular las aperturas de las ``Stomata", unas
diminutas glándulas situadas en el contorno de las hojas responsables de la
transpiración de las plantas y otras funciones vitales. El potasio también es
necesario para el buen desarrollo de las raíces y resistencia de la planta
contra enfermedades y ataques de plagas. Este elemento es usado durante todo el
ciclo.
Los elementos secundarios Mg y Ca: El magnesio es el átomo
central de la molécula de clorofila y es esencial en la absorción de la luz.
También ayuda en la absorción de otros nutrientes, estabilizando el medio de
ácidos o sales tóxicas que se puedan depositar. El Calcio es fundamental en la
creación de nuevo tejido, por tanto necesario para un buen desarrollo.
El mejor aporte de Mg y Ca es la dolomita, mezclada
previamente en el medio y/o disuelta en el riego. Al ser de asimilación lenta,
es difícil pasarse con la dosis, no parece que afecte el exceso de dolomita,
quizás por su lenta absorción o por lo bien que mantiene el PH. La dosis
aproximada, sería una taza de café por cada 8-10 litros de medio, y si viene en
forma de polvillo fino se puede disolver una cucharada en 5 litros. La dolomita
es muy recomendable, si no se dispone de ella se pueden usar sales de magnesio
de las que venden en la farmacia y añadirlas en algunos riegos. Previene la
clorosis (enfermedad de las plantas).
De los oligoelementos o micronutrientes, el más importante es
el hierro, este se administra en forma de quelatos y su carencia o su
no-asimilación por un Ph inadecuado es la causante de la clorosis férrica, las
hojas superiores y los brotes jóvenes amarillean siendo visibles los capilares
de las hojas que permanecen verdes. Los fertilizantes cuando contienen
micronutrientes lo especifican, si no fuera así, se deben administrar por
separado.
Los abonos y fertilizantes en general, sean de origen químico
(industrial) u orgánico (natural), llevan marcados tres números indicando los
porcentajes de los tres elementos primarios por el siguiente orden establecido:
N-P-K, Nitrógeno, Fósforo y Potasio.
Un ejemplo seria: <15-30-15> 0 <2. 4-1. 7-1. 9>. En el primer
ejemplo los números son altos lo que indica que se deberá disolver poca cantidad
de producto para obtener la dosis justa.
En el segundo ejemplo los elementos se encuentran más
diluidos, por lo que la cantidad de producto a diluir será mayor en proporción
al primer ejemplo. Lo que realmente interesa es la proporción de un elemento con
respecto al otro, así vemos que la cantidad de nitrógeno es la mitad que la de
fósforo en el primer ejemplo <15-30-15>, y mayor en el segundo <2. 4-1. 7-1. 9>.
Los abonos para la fase de crecimiento deben tener un alto contenido en
nitrógeno, o lo que es lo mismo un primer número mayor que el segundo. Suelen
venir comercializados como abonos para planta verde. El tercer número, el
potasio, siempre tiene que estar presente en una proporción considerable. Los
aptos para floración llevan más fósforo que nitrógeno, o sea, un segundo número
mayor que el primero.
La dolomita aportará los elementos secundarios y muchos
abonos orgánicos llevan oligoelelmentos, en caso contrario se pueden añadir
quelatos a la mezcla.
Los abonos pueden ser de absorción lenta o rápida, y vienen
en distintas formas: solubles en el agua de riego, mezclables en la tierra, de
aplicación superficial o de aplicación foliar mediante un pulverizador. También
existen bastoncillos que se entierran y se consumen lentamente. En todos debe
venir especificado su contenido en nutrientes. Algunos cultivadores usan un
mismo fertilizante para todo el ciclo con igual número de N, P y K, por ejem.
<20-20-20>.
Los que son solubles en agua son de rápida absorción y las
dosis recomendadas suelen superar las aquí recomendadas. Dado que no hay nada
más irremediable que una sobrefertilización, es muy recomendable regar si es
preciso más a menudo con dosis muy diluidas (un tercio o un cuarto de la dosis
indicada), que hacerlo de manera más concentrada y menos asiduo. En principio no
se recomienda abonar más de una vez a la semana. Recordemos que el exceso de
abono es irreversible y la carencia de uno o más elementos se puede corregir. La
mayoría de los materiales orgánicos mencionados como parte de la mezcla para el
medio de plantación son abonos de lenta asimilación y trabajar con ellos es
aconsejable pues es difícil sobrefertilizar. Suelen ser ricos en nitrógeno y
serán un primer soporte para la primera fase del crecimiento, con lo que el
primer abonado ya vendrá cuando las plantas tengan cierta altura. Medios muy
bien preparados con buena turba y humus de lombriz aseguran un aporte que nos
puede evitar abonar hasta casi el final de la fase de crecimiento vegetativo.
La última semana antes de recoger, o incluso antes, se debe
dejar de abonar para evitar que los productos químicos que se hayan podido
depositar afecten al sabor de la maria.
Se debe encontrar el fertilizante adecuado al sistema
empleado. Aquí recomendaremos los de lenta absorción, pues son más seguros. Se
pueden ir aplicando labores superficiales de humus o turba durante todo el
proceso, con los sucesivos riegos irá penetrando en el medio. Cuanto más
pequeños sean los recipientes más rápido será preciso el riego y el abonado y
más riesgo de sobrefertilizar o de que la planta pase sed.
Un pequeño exceso de abono provoca que se quemen las puntas
de las hojas, adquiriendo estas primero un verde muy intenso, para luego ir
desmejorando y prácticamente quemándose algunas de ellas parcial o totalmente.
Si la sobrefertilización es severa, la planta entera se quemará, curvándose las
hojas hacia adentro. Una sobrefertilización ligera puede remediarse en parte,
aclarando la planta bajo un grifo y dejando correr el agua que vaya drenando un
buen rato.
Seria una forma de lavar la tierra de las sales tóxicas que
se forman al no poder ser absorbido el fertilizante allí acumulado. Los químicos
son los más propensos a ello.
De todas formas hace falta hacer un diagnóstico para saber el
porqué de el mal aspecto de una planta, otras cosas como falta de aire o de luz,
o alguna plaga no fácil de detectar a simple vista pudieran ser la causa.
3.3. PLAGAS.
La mejor forma de prevenir desastres es mediante la higiene.
Se deben seguir los siguientes consejos:
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1. No sacar plantas al exterior (balcones o jardines), si no es para hacerlo de
forma definitiva. En ese caso no se hará de forma directa, deben aclimatarse
poco a poco para que la luz solar no las queme.
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2. No aceptar plantas provenientes del exterior o de otros ``indoor" que no sean
de absoluta confianza. Siempre que se vaya al campo o se haya estado en contacto
con plantas de exterior o trabajando en jardines, uno debe cambiarse la ropa y
lavarse las manos antes de acceder al montaje.
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3. Se deben evitar los excesos de calor y sequedad (+ de 32oC y - de 40% de
humedad), dado que favorecen las plagas.
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4. Se deben examinar periódicamente las plantas para detectar la presencia de
plagas o enfermedades.
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5. Evitar instalar el montaje en cobertizos de jardines o cerca de balcones que
puedan traernos plagas del exterior. Cuanta más lejos de la naturaleza se
encuentre ubicado el ``indoor", menos precauciones tendremos que tomar al
respecto.
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Las principales plagas son: la araña roja y la mosca blanca. También hay
limacos (babosas), orugas y pulgones, aunque no son comunes en interiores.
Dichas plagas atacan a todas las plantas y hay infinidad de productos de venta
en los ``gardens". Allí se puede informar uno sobre su uso. Utilizar los
destinados a productos agrícolas respetando el margen de seguridad recomendado.
Este margen suele ser de veintiún días, por lo que es muy desaconsejable usar
esprays químicos en el proceso de floración. Si las plantas afectadas son pocas,
deben ser retiradas del sistema y tratadas aparte.
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1. La araña roja, es un ácaro diminuto del tamaño de un punto. Son de color
rojo, marrón o negro según la variedad. Viven en el envés de las hojas llegando
a formar colonias muy numerosas. Ponen sus huevos y tejen sus telas entre las
venas del envés de la hoja, a los adultos se les puede encontrar también encima,
dado que se mueven aunque con lentitud. Succionan el jugo de la hoja dejando una
marca a modo de puntillo amarillento. Dichos puntillos en las hojas son la
evidencia de la presencia de araña roja o de mosca blanca. Las arañas empiezan
atacando las grandes hojas inferiores, retira las hojas atacadas y mata los
individuos visibles con un algodón mojado en alcohol o con los dedos.
Seguidamente pulveriza la planta con agua, la humedad les molesta, y luego
aplica un spray tipo ``hogar y plantas", siempre desde abajo, ladeando la maceta
para que el spray llegue al envés de las hojas. Repite la operación al cabo de
una semana. Las arañas pasarán de una planta a la otra, si las plantas se tocan.
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2. La mosca blanca actúa de forma parecida a la araña, y las huellas que deja
sobre las hojas, son similares. Estas vuelan formando una nube de puntillos
blancos que vuelan al agitar la planta. Es más difícil de erradicar y más fácil
de extenderse.
Diversas especies de marihuana presentan resistencia frente a
las plagas de araña roja y mosca blanca, y parece que la plaga no puede con la
planta, y no llega a causar grandes estragos. A veces, algunas plantas se ven
atacadas y otras no. Los insecticidas verdes que contienen piretrinas, ``hogar y
plantas", parecen actuar bien sin demasiado peligro para nuestra salud. Se debe
tener mucho cuidado con las hormigas, pues son las portadoras de pulgones y
otras plagas que usan como si de ganado se tratase. Si la afección se produce al
final del ciclo, es mejor no tomar grandes medidas que puedan resultar peores
que el mal que pueda hacer ya la propia plaga.
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3. Las orugas se comen los brotes y los cogollos y se eliminan mediante una
bacteria inofensiva para el hombre, que se suministra a través del riego y se
encuentra en el mercado. Consulta al garden.
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4. Los Hongos serán retirados
con un pincel como se ha explicado anteriormente. Si son numerosos y atacan a
las hojas, se pulverizará con fungicidas y se remediará la excesiva humedad
ambiente. |
A continuación daremos una receta de un insecticida casero y ecológico de fatal
olor, pero de eficaces resultados:
Vaciar el contenido de dos paquetes de tabaco en un litro de agua, añadir un
diente de ajo y una cebolla (el diente de ajo y la cebolla son opcionales pero
aconsejables). Dejar la mezcla en un recipiente de vidrio abierto al sol,
durante un par de días. Transcurrido este periodo, colar la mezcla y añadir una
cucharada de jabón para vajillas biodegradable. Pulverizar las plantas una vez a
la semana durante un mes. Al día siguiente de cada tres.
Otra fórmula casera de mejor olor es la siguiente:
Agua con un 5% de alcohol etílico (96), unas gotas de lejía biodegradable (10 x
litro) y una cucharada por litro de jabón también biodegradable. Esta fórmula no
debe ser usada sobre cogollos ya formados, pues el alcohol disuelve la resina
mientras que el agua no. Si se siguen correctamente las normas básicas de
higiene y prevención, es difícil que una plaga acceda a un ``indoor" bien
ubicado.

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